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martes, 6 de mayo de 2014

LA DESAPARECIDA HERMANDAD DE SAN JUAN ANTE PORTAM LATINAM



Juan Evangelista, hijo de Zebedeo y Salomé y hermano de Santiago el Mayor, fue discípulo de Juan Bautista, primero, y de Jesús más tarde. Más lo que principalmente distingue a San Juan de los otros apóstoles es haber sido objeto de singular predilección y ternura de amor por parte de Jesús, manifestada de un modo especial en la Última Cena al permitirle descansar su cabeza sobre su pecho y hacerle saber el nombre del traidor. Asistió a las bodas de Caná y fue testigo excepcional de la Transfiguración y la agonía del huerto. El amor a su Maestro le impulsa a seguirle al Calvario hasta junto a la Cruz, donde recibió el legado  más precioso de Cristo moribundo, su Santísima Madre, a quien desde entonces miró como madre suya…

Tras la muerte de San Pedro y San Pablo, San Juan se trasladó a Asia Menor, estableciendo su residencia en Efeso, donde continuó la formación de discípulos. En tiempo de Dominicano fue conducido a Roma, donde padeció martirio ante la Puerta Latina en una tina de aceite hirviendo, de la que salió ileso por virtud divina; fue deportado a la isla de Patmos desde la que, al cesar la persecución en tiempo de Nerón, volvió de nuevo a Efeso, donde a su muerte –murió de edad muy avanzada en el imperio de Trajano, sesenta y dos años después de la Pasión de su Maestro- fue enterrado.

Publicado en la revista “Vida Manchega” el 10 de mayo de 1918 

El patrocinio de San Juan Evangelista para los oficios relacionados con las artes del libro es anterior a la invención de la imprenta, ya que era venerado por los copistas que escribían libros a mano y por los libreros o editores de entonces que preparaban las hojas de pergamino en blanco para utilidad de los copistas, que hacían la tinta con caparrosa, aceites y grasas en proporciones variables según la fórmula secreta de cada uno. Estos ingredientes se fundían en una caldera –símbolo del martirio de San Juan- de aquí que le cogieran como su Santo Patrón.

El 6 de mayo de 1597 (treinta y cinco años después de implantarse en Madrid la primera imprenta), los propietarios de los cinco talleres que por entonces existían, decidieron crear una hermandad que agrupase a los impresores madrileños. La nueva Hermandad se puso bajo la advocación de San Juan Ante Portam Latinam, o sea de San Juan Evangelista. Esta hermandad se fue extendiendo poco a poco por España, creándose en Ciudad Real en 1918.

El desaparecido diario “El Pueblo Manchego”, publicaba el martes 2 de abril del citado año de 1918, la siguiente nota: “Una comisión de obreros tipógrafos compuesta por D. Agapito Gutiérrez, don Valentín Naranjo, D. Miguel S. Migallón y D. Manuel López, en representación de todos los cajistas de todas las imprentas de Ciudad Real estuvo ayer acompañada de nuestro redactor jefe D. Miguel Ruiz en el Palacio Episcopal cumplimentando a su Ilustrísima.

Los cajistas expusieron al Prelado su propósito de constituir la Cofradía de San Juan Ante Portam Latinam, patrón de los tipógrafos, cuya presidencia honoraria ofrecieron al Dr. Irastorza.

Imagen de San Juan Ante Portam Latinam adquirida en 1945

El Excmo. Sr. Obispo Prior acogió complacido la idea, que bendijo, aceptando desde luego muestra tan fina de respetuosa consideración y prometiendo a los tipógrafos  su valioso y decidido concurso y eficaz ayuda económica.

Los tipógrafos salieron altamente impresionados de las bondades de Su Ilustrísima, cuyas sabias indicaciones sobre organización procesional en un Sindicato de tipógrafos bien pudiera ser corolario de la Cofradía”.

A partir de esta visita los tipógrafos ciudadrealeños comenzaron a trabajar y el 6 de mayo de 1918 constituyeron la Hermandad de San Juan Ante Portam Latinam en la ermita de Nuestra Señora de Alarcos. El ya citado “Pueblo Manchego” el 7 de mayo informa sobre la entronización del Santo en la ermita y la constitución de la Cofradía.

Los actos comenzaron a las diez de la mañana con la celebración de la Santa Misa, seguida de una procesión con un cuadro del Santo alrededor de la ermita. Terminada la procesión, se coloco el cuadro en el altar destinado al efecto bajo un dosel. El cuadro era una litografía de gran tamaño de una de las más acreditadas estamperías de Barcelona, siendo una donación de Enrique Pérez.

Terminados los actos religiosos en una dependencia del santuario, se procedió a constituir la Cofradía, aprobar los estatutos y elegir Junta Directiva que quedó de la siguiente manera: Presidente, D. Francisco Trujillo, regente de la imprenta provincial. Vicepresidente, D. Manuel Galiana, regente de la imprenta del “Progreso Manchego”. Tesorero, D. Antonio Alumbreros, administrador de la misma casa. Secretario, D. Miguel Sánchez Migallón, de la imprenta del Sr. Mendoza. Vocales, D. Inocente Rodríguez, oficial de la imprenta provincial; don Vicente López, regente de la imprenta del Sr. Mendoza; D. Enrique Lérida, encargado de la Casa de D. Enrique Pérez y D. Agapito Gutiérrez, modelista de la misma casa. Capellán, D. Miguel Ruiz, redactor jefe de El Pueblo Manchego.

La romería de San Juan Ante Portam Latinam en 1962 

Una vez constituida la hermandad, todos los años se celebró la festividad de  San Juan Ante Portam Latinam el 6 de mayo en el Santuario de Alarcos con carácter de una romería popular,  con los tipógrafos y sus familiares y el vecindario de Ciudad Real que se fue sumando poco a poco con el paso de los años.

Al inicio de la Guerra Civil Española en 1936, fue destruida la litografía y el altar de San Juan Ante Portam Latinam. Una vez terminada la Guerra Civil, en los años cuarenta del pasado siglo veinte, se reorganiza de nuevo la hermandad, adquiriendo esta una imagen a los talleres de arte religioso de Olot de San Juan Ante Portam Latinam. Esta fue bendecida en la Parroquia de San Pedro el sábado 5 de mayo de 1945, por el octavo Obispo-Prior, D. Emeterio Echeverría y Barrena. Al día siguiente fue trasladada a la Ermita de Alarcos, celebrando la romería en su honor y colocándola en un altar que se le hizo al efecto.

Durante la romería se celebraban los actos religiosos con misa y procesión, y al término de estos varios actos lúdicos. En los años setenta del pasado siglo XX, desaparecería la cofradía y romería en honor a San Juan Ante Portam Latinam, quedando la imagen en el santuario, pudiéndose ver actualmente en la escalera de acceso al camarín de la Virgen de Alarcos.

Actualmente la imagen de San Juan se encuentra en la escalera de acceso al camarín de la Virgen de Alarcos

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