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viernes, 31 de octubre de 2014

EL PASO SUBTERRÁNEO HACIA EL LARACHE

 
El antiguo paso subterráneo del Larache visto desde la calle Tetuán. Al fondo podemos ver todavía antiguas edificaciones en la Ronda de Ciruela

Para acceder a la barriada del Larache hasta el año 1985, los  mil y pico vecinos que en aquellos años vivían en la misma, tenían que cruzar el sistema de vías férreas de la entonces estación de Renfe que se encontraba en la Ronda de Ciruela, con el peligro que de ello derivaba. Estos vecinos habían solicitado en reiteradas veces la construcción de un paso subterráneo que uniera la barriada, entonces separada del resto de la ciudad por las vías del ferrocarril, con el centro de la ciudad. Pero esta solicitud realizada desde la fundación de la barriada en los años veinte del pasado siglo XX, no fue realidad hasta el año 1984 que fue terminado el paso subterráneo entre la calle Pozo Dulce en su parte alta y la calle Tetuán, cuyas obras comenzaron en febrero de 1983.

La ejecución de la obra la realizó el Ministerio de Transportes a través de su Dirección General de Infraestructura, siendo bastante complicada, pues se realizó por fases en su primer tramo –la Ronda- para no impedir el tránsito rodado por la misma, se añadió el cruce de las vías en un lugar estratégico por estar el mismo enclavado el sistema de cambio de agujas que tuvo que ser trasladado para evitar complicaciones y problemas. Otro impedimento que hubo de salvar fue la estructura del suelo que era más duro de lo que en un principio se esperaba. Una vez terminado el paso subterráneo que ejecutó la empresa Agromán con un coste aproximado de 70 millones de pesetas, el Ayuntamiento realizó unas obras complementarias que comprendieron la urbanización de la entrada y la salida, ajardinamiento y embellecimiento en la calle Tetuán y la iluminación no solamente de las bocas sino del entorno, por un importe de 17 millones de pesetas.

Parte alta de la calle Pozo Dulce, lugar por donde el  paso subterráneo unía el centro de la ciudad y la barriada del Larache

La altura del túnel  construido fue de 4,5 metros, lo que permitía el tránsito de vecinos a través de un acerado y de vehículos medios, autobuses, camiones de reparto, etc.. por la calzada, evitando a los vecinos de la barriada la gran vuelta que debían de dar por la carretera de Calzada hasta la bifurcación, uno de cuyos ramales conducía al barrio, es decir que los vecinos del Larache tenían que dar una vuelta de seis kilómetros para llegar al centro de la ciudad con su vehículo, y con la inauguración de este paso subterráneo lo hacían en línea recta en menos de 500 metros.

El paso subterráneo de la calle Pozo Dulce cobró también importancia al comunicar el centro de la ciudad con la estación de autobuses y el polígono industrial del Larache que se inaugurarían posteriormente. Años más tarde con el traslado de la estación de Renfe a sus actuales instalaciones del AVE y la urbanización de los terrenos ferroviarios, el paso subterráneo fue cegado.
 

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