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miércoles, 9 de septiembre de 2015

LA LOCALIZACIÓN DEL PRIMITIVO NUCLEO URBANO DE CIUDAD REAL


Calle de los Reyes, la fotografía de 1945 del archivo de L. de la Franca y publicada en el diario Lanza, nos muestra en primer término la vivienda que era conocida como la Casa de Doña Berenguela. D. Emilio Bernabeu, en un artículo publicado el miércoles 28 de septiembre de 1949 en el diario Lanza, nos dice lo siguiente de este lugar: “¡Calle de los Reyes! ¡Qué evocador es este nombre para los ciudadanos! En esta calle, desde antiquísimos tiempos, señala la leyenda y la tradición recogidas ambas por nuestros historiadores y perdurando todavía en boca de las gentes de aquellos contornos, que en ella moraron los reyes don Fernando III “el Santo” y su madre la gran reina doña Berenguela, durante siete “semanas” en 1242, cuando existía el Pozuelo de don Gil.

Existe en dicha calle una casa que hoy tiene el número 24, esquina a la de la Zarza, de vetusta portada, casi en ruinas, que cuando éramos niños se le llamaba de doña “Merenguela”, no Berenguela, por la gente ruda e ignorante de aquella vecindad


Resulta obligado comenzar intentando delimitar, en la medida de lo posible, el antiguo núcleo de Pozuelo de Don Gil, germen de la nueva población.

Si bien éste no se conoce con exactitud, al no poder contar con datos precisos, se puede aproximar a grandes rasgos. Por supuesto no se encontraría donde ha indicado algún autor, que sitúa su centro en la llamada plazuela del Pilar (actual Plaza del Pilar), sino que quedaría desplazado en la estructuración de la nueva ciudad. En este sentido creo resulta totalmente acertada la ubicación que establece L. Delgado Merchán.

Este autor ha delimitado el antiguo núcleo fijándose en la toponimia urbana. De esta suerte, su ubicación hay que establecerla en la zona ocupada por las calles de los Reyes, Infantes, Real, Zarza y otras de aquella circunscripción, teniendo probablemente como centro la antigua iglesia de Santa María, emplazada donde hoy se encuentra la Catedral. Sin embargo, los límites del núcleo son los que resultan más imprecisos.

Trabajando sobre el plano posiblemente se puede precisar algo más su contorno. Probablemente quedaría limitado por el posterior trazado de la muralla (actual ronda) y las calles Feria, Postas y Caballeros. Resulta probable que esta última se encontrase en la periferia de dicho núcleo y su estructuración, como tal calle, se hiciese en el momento de la fundación de la ciudad. La hipótesis creo que puede resultar bastante verosímil, pues la ubicación de la antigua iglesia de Santa María quedaría centrada y conjugaría también la toponimia del callejero.

En este caserío donde se va fijar el Rey sabio para la creación de un nuevo núcleo. Y en febrero de 1255 funda Villa Real asignándole unos términos. Pero esta acción, de carácter eminentemente jurídico, no afectaría en gran medida al núcleo en sus aspectos urbanísticos. El monarca pensó probablemente que con ello –y utilizando el mismo verbo del documento- “correrían” allí grandes contingentes humanos. Pero se equivocó. A lo sumo se produciría un goteo de gente, que quizás algo afectó al poblamiento del espacio, aunque no tanto como para modificar sustancialmente su fisonomía urbana.

Es en 1262 cuando, durante una de sus estancias en la población, organiza el núcleo desde el punto de vista urbanístico, traza las calles y distribuye los elementos del nuevo asentamiento. La Crónica es sumamente explícita al respecto. No obstante, si se lee el párrafo con atención se aprecia una gran mezcolanza por parte del cronista, que sería interesante analizar. Pero no creo que ello sea para preocupar y poco importa aquí que se trate exactamente de ese año. Lo que parece fuera de toda duda es que el hecho de la fundación jurídica fue precedente y que, con posterioridad, el monarca – o sus allegados- se preocuparon de la organización del espacio urbano. Es más, lo que se viene a deducir de la Crónica es que esta organización de dicho espacio fue realizada conforme a una planificación.

Y aquí es donde interviene el carácter caminero del territorio, puesto que el trazado – en sus líneas básicas- no hace más que reaprovechar y consolidad la confluencia de diferentes rutas que, provenientes de diversos puntos del reino, se encontraban en aquella población. Esta confluencia del nudo caminero queda inserta en la estructura urbana de la nueva villa, situando el centro de la misma en su punto de intersección, que no es la plazuela del Pilar, sino la Plaza Mayor. Ello determina una estructura radial del nuevo núcleo, que no es modo alguno fortuita, sino perfectamente planificada y pretendida. Sobre ello se volverá más adelante.

Como es obvio, su construcción –así como su poblamiento- fue lenta. Resultaba de todo punto imprescindible vencer ciertos inconvenientes, uno de los cuales –y no pequeño- era la ausencia o, cuando menos, escasez en el territorio circundante de madera y otras materias primas para la construcción, lo que obligaba a traerlas desde puntos distantes, con todos los inconvenientes que ello podía presentar en aquella época.

L. R. Villegas Sobre “El Urbanismo de Ciudad Real en la Edad Media” (Fondo de publicaciones del Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Real 1984)

Plano de Ciudad Real donde se realiza una localización aproximada del antiguo Pozuelo Seco de D. Gil
 

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