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lunes, 28 de noviembre de 2016

GRAN CASINO DE CIUDAD REAL MISCELANEA Y COMENTARIOS ACERCA DE SU BIBLIOTECA



Una de las características más acusada de la segunda mitad del siglo XIX, es la renovación en todos los ámbitos, que se opera en la vida española y que cala en algunos casos, lentamente en la vida provinciana del país.     

Por un lado Renan imprime una interpretación humana al cristianismo, mientras Carlos Marx, en su “Critica de la Economía Política”, traza las directrices, sobre una perspectiva materialista.

La mayor parte de las ciudades del mundo, sufren una renovación, buscando mejores condiciones higiénicas, entre otros aspectos. Es la época de la exaltación de los monumentos, de una arquitectura que exprese el signo de los tiempos. Caracterizado fundamentalmente por la industrialización y los cambios que se opera en la sociedad, sobre todo en la mentalidad y medios productivos, de ahí la reacción cultural del Modernismo (Art Nouveau) en la última década del siglo.

La arquitectura enfocada a edificios sociales, nos deja un testimonio exuberante de ejemplos, mercados, bibliotecas, museos, casinos, teatros, edificios de ópera etcétera.

En el año 1873, tiene lugar la Primera República Española, tres años más tarde, se aprueba la Constitución en el reinado de Alfonso XII, con dos partidos políticos Conservador (Cánovas) y Liberal (Sagasta), unos años más tarde y dentro del ambiente –escenario que hemos esbozado, se inaugura el Gran Casino de Ciudad Real en la festividad del Corpus Christi de 1887.

Al margen de las connotaciones sociales que produjeron en el Ciudad Real de 1887, puesto que el Gran Casino, nació como un centro de esparcimiento y cultura, hoy haremos algunas aproximaciones al conocimiento de su biblioteca. En su época, una de las más interesante y surtida de nuestra ciudad.

Situada al fondo de la planta principal, con entradas de luz por la calle Caballeros, cuenta con unos fondos bibliográficos en la actualidad (19-2-1984) de 1.582 libros. Biblioteca moderna a nuestro entender y más si comparamos con otros centros, de otras ciudades.

Importante de todas formas, en una capital de provincia agrícola-ganadera de finales del XIX con apenas industrialización y en donde la primera locomotora de vapor se había inaugurado en 1868.

La biblioteca del Gran casino, se caracteriza por ser un ejemplo claro de las inquietudes sociales y culturales de finales del XIX y principios del XX.

Los cambios que se operan en el cruce de siglos prende y son fácilmente asimilados por los medios de comunicación de la época: bibliografía y prensa, los planteamientos filosóficos, religiosos, el positivismo, el naturalismo de E. Zola y la influenciación continuada que ejerce en el modernismo, el parnasianismo y el simbolismo francés.

 
La biblioteca del antiguo casino en los primeros años del siglo XX

Para dar una idea del contenido, lo dividiremos en varios apartados: por un lado libros de la primera mitad del siglo XIX, sobre todo sus décadas finales, siendo el ejemplar más antiguo de 1839 “Recuerdos y Bellezas de España”, siguiéndole obras de Chateaubriand de 1843-46 así como también incompleta colección “tratado competo de patología interna” de 1844-49 sin faltar el diccionario Madoz 1846-49. Colecciones bibliográficas añadidas posiblemente por donaciones al resto de la Biblioteca que nace con el Casino a partir de 1887.

En la segunda mitad del XIX (1850) y hasta coincidir con la fecha de inauguración de 1887, se aprecia una serie de volúmenes de cierta consideración, quizás de la misma procedencia o traspaso de algún otro centro de la época “Epistolario Español” 1850 de Eugenio de Ochoa, “La Sociedad”, Jaime Balmes 1858. “Historia de la Monarquia en Europa”, Fracis Lacombe 1860, “Revolución financiera en España”, E. Miranda y Eguía 1869, etcétera, y de los acontecimientos de 1868, “Revolución de 1868”, Ricardo Muñiz.

En los años previos a la inauguración del Casino, se aprecia igualmente una serie de títulos de interés por citar, “El libro talonario”, J Hayaseca y Elzaguirre de 1874. “Historia política”, Carlos Massa y Sanguinetti 1876. “Lo que no puede decirse”, José Echegaray 1877 “Doce libros de Agricultura”, de Vicente Tinarejo 1879.

Con la aproximación de las dos últimas décadas al cambio de siglo (XX), tiene lugar la eclosión modernista (1890), cuyos antecedentes, comienzan lógicamente en los años anteriores, apreciándose una mayor abundancia de obras literarias que de alguna forma barruntan el cambio que se opera. Volúmenes, que rezuman las corrientes político-sociales de la época, el movimiento obrero de suma trascendencia para el siglo posterior, los intelectuales del romanticismo inglés Marckmurdo, Villan Blake, así como los pintores y escritores franceses Gauguin, Toulose-Lautrec, se hacen los abanderados del Art Nouveau, dentro del simbolismo y el expresionismo y la lógica reacción cultural a la industrialización del XIX.

El anarco-sindicalismo con su clara y virulenta postura anticlericalista, nos deja, por citar un ejemplo “Crimen del clero y del Estado”, De estas décadas son también interesantes títulos como “Revolución religiosa” Emilio Castelar 1880, “La civilización”, Pelegrín Gambó y Pagés 1881,  “Religión y Ciencia”, de Tomás Cámara 1883, “Enciclopedia Popular ilustrada”, 1884.

La descolonización de ultramar y sus secuelas históricas y económicas con dos obras “Antiguas posesiones españolas en Ultramar”, 1886-87 “La guerra de Cuba” de Emilio Reverter Delmas 1889. Por otro lado y con anterioridad, de matiz social dos piezas claves entre otras “Jansenismo y regalismo en España”, F. Miguelez 1895 y “El individuo y la reforma social” Eduardo Sanz y Escartín 1896.

Al margen de los libros de contenido social o reformista, las fases finales del XIX, nos ofrecen diversos tratados de enfoque práctico o utilitario, muy apreciados por un sector de la sociedad de la época, títulos como “Lecciones elementales de agricultura” Antonio Martín 1879, “Elaboración de aceite de olivas” A. Pequeño 1879, entre otros.

 
Una vista general de la biblioteca

Los clásicos igualmente se observa en abundancia y alguna que otra obra de fin pedagógico-didáctico “Diccionario de Educación y Métodos de Enseñanza” Mariano Cardedera, 1894 etcétera.

Los periódicos y la prensa, tan representativos de los Casinos igualmente nos deja en la biblioteca diversos ejemplares encuadernados, algunos de ellos considerados como piezas esenciales para el estudio del periodismo español del siglo XIX, “La Ilustración española y americana” 1887-1916, “Almanaque de la Ilustración”, 1891-94 “Revista de España” 1877, “La Ilustración nacional” 1896-98, “La Ilustración artística” 1893-1914, etcétera. Por otro lado, se aprecia la ausencia de prensa provincial sobre todo de periódicos de finales del XIX y principios del XX, prensa representativa local como “El Porvenir de la Mancha”, “La Atalaya”, “La Tribuna” y posteriormente “El Pueblo Manchego” de los que no se conservan nada.

Al cambio de siglo (19009, la biblioteca se incrementa con diversos trabajos, el modernismo, se encuentra en pleno auge liderato, en literatura por Rubén Darío (sobre todo en Iberoamérica), así como las inquietudes sociales de finales del XIX.

En el año 1902, comienza el reinado de Alfonso XIII, bajo el signo de la continuidad monárquico-constitucional, diversos títulos son de esta época, coetáneos con las circunstancias determinantes posteriormente de la caída de la monarquía debilitada a finales del XIX y justo en el cambio del siglo.

Entre ellos por citar “La granujería andante” Vicente Sanchis 1900, “Sebastián Boch” 1901, “Kúlturkampí”, Cardenal Sancha 1901, “El labrador del siglo XX” Celedonio Rodríguez 1901, “Ciencia Popular”, José Echegaray 1905 y algunas revistas encuadernadas que hacen su aparición en la segunda mitad del XIX “La Ilustración nacional”, 1900 “Almanaque de la Ilustración”, 1906 “La Ilustración artística”, 1910 “La Ilustración española y americana” 1906-11, “A.B.C” 1914, y del escritor valenciano Blasco Ibáñez “Ols argonautas”, 1913-14.

La generación del 98 (1998), acaudillan las vanguardias literarias de toda la primera década del XX, con residuos en décadas posteriores. Valle Inclán, Unamuno, Baroja, etcétera, coinciden con una actitud crítica y renovadora, ante los excesos grandilocuentes y ramplones de la burguesía de la época. Al principio del XX su máximo exponente es J. Echegaray (Premio Nobel en 1904). En conjunto, influenciados por Schopenhauer, Nietzsche, Ganivet, etcétera que contagian a la literatura de la época.

Con posterioridad a la primera década del XX sigue el incremento de la Biblioteca del Casino, decreciendo desde 1920, hasta la contienda del 36. De estos años se conservan títulos como “Los caballeros de la cruz”, Ricardo León 1916, “Vals de los pájaros”, Lifton Wors y 1917 la revista “Arte y Decoración en España” 1918-19 y “Blanco y Negro”, 1920, “EL cabaret”, Alejandro Arnaux 1921, “El año político 1924”, Fernando Soldevilla, “Catalanes en Grecia”. A. Rubio Lluch 1927.

De la generación del 27 (poetas fundamentalmente), tan importantes para la literatura actual, no se conserva nada quizás depurados tras la contienda del 36.

 
Otra vista general de la biblioteca con las ventanas que daban a la calle Caballeros

De la producción literaria que surge a partir de la segunda república (1931), igualmente no se conserva apenas nada, excepto algunos pocos ejemplares entre ellos “La voz apasionada”, de Julio Castro 1932, y la “La gloria de Don Ramiro”, Enrique Larreta 1935.

A partir de la guerra del 36, aparecen diversos títulos acordes con la situación política, “Unidad grandeza y prestigio nacional” y “Mentalidad y progreso”, ambos de M. Bañuelos 1937, “Marinos de España en guerra” Mauricio Oliveira 1938, “Los grandes errores de los españoles”, M. Bañuelos 1938, “De Africa a Cádiz y de Cádiz a la España imperial”, Antonio Garrachón Cuesta 1938 “Rutas gloriosas” Luis Arnaux 1939 y el guión-novela de la película “Raza” que con el pseudónimo de Jaime de Andrade, escribió Francisco Franco.

Tras la postguerra del 36, el incremento de la biblioteca, es sumamente escaso y bajo de la década de los 50, se conservan algunos ejemplares, entre ellos “Obra de España en Marruecos” Epifanía González Giménez 1950 y de la década de los 60-70, “Granujas en el paraíso”, Michener y Grove Day 1963, “Cuadernos de Malte Laurids Brigge” Rainer María Rilke 1965 “Murano, historia de un año” 1970, “Anuario del mercado español” 1976.

Resumiendo diremos que aproximadamente un 5 por ciento de los fondos bibliográficos son de las dos últimas décadas de la primera mitad del XIX, un 75 por ciento, son de la segunda mitad del XIX, un 5 por ciento desde 1900, hasta la guerra del 36 y desde este año hasta 1977 un escaso 5 por ciento. (A partir de este año, no hay ninguna aportación). Por lo que la biblioteca del Gran Casino, la podíamos definir como una biblioteca anclada en el siglo XIX, pues un alto porcentaje de fondos bibliográficos corresponde a este siglo.

La misma no sufrió grandes “purgas”, tras la contienda del 36, en títulos del XIX  y primeras décadas del XX. Si ha habido ciertas sustracciones, observables en diversas colecciones, realizadas con anterioridad a su adquisición por el excelentísimo Ayuntamiento de Ciudad Real y que se pueden cifrar aproximadamente en un 4 por ciento de libros perdidos.

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El Gran Casino de Ciudad Real, fue declarado monumento local en el año 1981 permaneciendo su actividad un tanto discontinua hasta el verano de 1983. Hoy día esporádicamente, se utiliza para alguna actividad la última una exposición de canaricultura.

Nuestro viejo y querido Gran Casino, en realidad no ha muerto como alguien insinuó, en todo caso, ha hecho una parada, un lapsus para someterse a una operación de cirugía estética y renacer de nuevo, en ese gran proyecto de centro cultural municipal. Su biblioteca, figuraba en la “Guía de bibliotecas españolas” del Ministerio de Cultura de 1977.

Recientemente, ha sido inventariada y sometida a diversos trabajos de conservación, para ser guardada provisionalmente, en el Museo Municipal “Elisa Cendrero” en espera de su emplazamiento de nuevo en el Gran Casino de Ciudad Real, una vez terminado de restaurar.

José González Ortiz, diario “Lanza” domingo 26 de febrero de 1984, página 12.

 
La biblioteca del antiguo Casino se encuentra actualmente en el Museo del Quijote

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