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viernes, 10 de marzo de 2017

ALCALDES EN EL SIGLO XX (I)



De todos es sabido que, dentro de cada término municipal, el ayuntamiento está presidido por un delegado del gobierno en el orden administrativo, denominado alcalde, ayudado por otros individuos llamados concejales.

Una parte de la historia de Ciudad Real, está vinculada a los diferentes alcaldes que pasaron por su municipio. Unos lo hicieron mejor, otros peor, pero en el fondo, creo, todos pusieron su mayor empeño y entusiasmo por resolver los problemas municipales lo mejor posible, para engrandecer y embellecer la capital ciudarrealeña. En este “Fragmento” vamos a recordar a algunas de este siglo. Algunos de los datos y fotografías, hasta tiempos de la II República, los hemos obtenido del B. I. M. número 37 (Alcaldes de Ciudad Real, de R. González Díaz).

Don Evaristo Martín Núñez (1900-01 y 1904-05). Fue el último alcalde del siglo XIX y el primero del XX, volviendo por segunda vez a la alcaldía en 1904, año que fue introducido el alumbrado eléctrico en la Plaza Mayor, que hasta entonces se hacía con farolas de gas.

El 27 de abril de 1905 visitaba nuestra ciudad, para postrarse a los pies de la Patrona la Virgen del Prado, el rey don Alfonso XIII, siendo por aquel entonces alcalde de la ciudad don Evaristo Martín Núñez.

Este desempeño la dirección del Consejo Municipal hasta el 11 de agosto de 1905, año que fue reemplazado por don Félix de los Ríos Imedio.


Don Félix de los Ríos Imedio (1905-07). Licenciado en farmacia, la que se ubicaba en el número 4 de la calle de la Cruz, y más tarde trasladada a la calle Dorada núm. 2 (hoy Ruiz Morote), frente a la puerta del “Perdón” de la iglesia de San Pedro (al lado de la antigua “Cárcel de la Hermandad”).

En unas declaraciones al “Diario de la Mancha”, el 9 de agosto de 1906, decía el señor De los Ríos: “Mi labor es completamente administrativa, al pasar por la puerta del ayuntamiento no me acuerdo para nada que soy político”.

Estuvo este alcalde hasta el 19 de febrero de 1907.

Don Manuel Padial Vilches (1909). Salió elegido alcalde en las elecciones municipales celebradas el 28 de abril de 1909, pero hasta el 1º de julio no fue constituido el nuevo ayuntamiento. La elección de alcalde, fue consecuencia de las avenencias entre conservadores y liberales.

Poco tiempo estaría el señor Padial Vilches al frente del municipio, pues durante dos meses fue sustituido por enfermedad por el concejal señor Ruiz Serrano, como alcalde accidental, y posteriormente al advenimiento del gobierno liberal del señor Moret cesó en el cargo (octubre de 1909).


Don Ceferino Saúco Díez (1909-1911). Licenciado en farmacia, la que tenía en la calle Cuchillería (donde se sitúa hoy el “Nuevo Centro”). Por el año 1889 fue director del semanario local “El Labriego”, que luego él convertiría en periódico diario. Fue nombrado gobernador civil de Gerona en julio de 1896.

El 18 de noviembre de 1909, tomaba posesión como alcalde de Ciudad Real. Durante su paso por el ayuntamiento llevó a cabo varias reformas: el escudo de armas de la ciudad, tallado en piedra, que estaba guardado y arrinconado en el archivo municipal del antiguo ayuntamiento, fue colocado en el vestíbulo de las casas consistoriales; en la calle de la Mata, donde vivía este alcalde, se hicieron plantaciones de árboles y durante algún tiempo la citada calle fue conocida por el nombre de “Sáuco Díez”; presidió el primer partido de fútbol que se jugó en nuestra ciudad, en la Plaza de toros, el 18 de agosto de 1910; en el año 1911, los postes y soportales de la Plaza Mayor fueron sustituidos por columnas de hierro, poniéndose también marquesinas y mejorando el pavimento del recinto.

Presidió el ayuntamiento, el señor Saúco Díez, hasta el 31 de diciembre de 1911.


Don Miguel Pérez Molina (1912-13). Desempeño los cargos de: Jefe provincial del Partido Liberal y delegado regio de Primera Enseñanza; ocupó un escaño en la alta cámara, como senador del reino; y se le otorgó la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso XII. Había fundado en el año 1895 la “Academia General de Enseñanza” (de la que fue su director), en la calle Caballeros núm. 3. De paso por el ayuntamiento capitalino todavía le recuerdan algunos de nuestros mayores, por su enorme prestigio y su excelente labor municipal.

En las ferias de agosto de 1912 se celebró un festival de aviación. Por vez primera en su historia (nos apunta González Díaz) aterrizaba un avión en nuestra ciudad; fue en la antigua Granja Escuela. Allí se encontraban para recibir y homenajear al aviador francés señor Tissier, el gobernador civil, el alcalde señor Pérez Molina y otras autoridades.

El 27 de octubre del mismo año, fueron bendecidas e inauguradas por el prelado, junto con las autoridades locales, entre las que se encontraba el señor Pérez Molina, cuatro nuevas fuentes públicas: en la Plaza de San Francisco, Compás de Santo Domingo, Plaza de San Antonio y calle Morería. Además se renovaron con aparatos de más bello ornamento, y se dotaron de mejor servicio las otras tres antiguas fuentes. Las obras (nos dice Hervás y Buendía) fueron dirigidas por el arquitecto municipal don Florián Calvo. Por entonces se había iniciado el servicio de agua desde los pozos de la Poblachuela.

El señor Pérez Molina, que estuvo de alcalde hasta el 31 de diciembre de 1913, falleció el día 5 de abril de 1939.


Don José Cruz Prado (1916-17 y 1919-21). Nació en el año 1877. Procurador de los Tribunales y corredor de Comercio colegiado; presidente de la Cámara de Comercio desde 1931 hasta 1935; diputado provincial, ocupando la vicepresidencia de la Diputación durante la Segunda República; y presidente del “Casino Artístico”.

En las elecciones municipales del 28 de abril de 1909 fue elegido concejal del ayuntamiento, y en el mes de enero de 1916 fue proclamado alcalde de la ciudad, con una corporación mayoritariamente liberal. Por su brillante labor en la alcaldía, don José Cruz Prado ocupó un lugar de privilegio en el sentir de los ciudarrealeños.

Mejoró el servicio de agua potable que ya iniciara don Miguel Pérez Molina, y también se pavimentaron y adoquinaron algunas de las calles ciudarrealeñas. En el año 1916, la feria, que se venía celebrando en la Plaza Mayor, fue trasladada al Parque de Gasset, a pesar de los protestas de los comerciantes. Los carteles de toros de aquel año estaban compuestos: el día 17 de agosto un mano a mano entre Joselito y Belmonte; y en la tarde del 18, los citados ases y el mejicano Rodolfo Gaona, con toros de Anastasio Martín.

En este su primer mandato en la alcaldía, estuvo el señor Cruz Prado hasta diciembre de 1917, volviendo nuevamente a presidir  el concejo finalizando el año 1918, con una breve interrupción en que fue sustituido por el primer teniente de alcalde don Juan Medrano. Al igual que la feria fue llevada al Parque en 1916, los carnavales, que también se celebraban en la Plaza Mayor y en la calle Morería, fueron trasladados al citado recinto en 1919.

El 19 de mayo de 1921 concluyó su mandato. Falleció el señor Cruz Prado el 10 de septiembre de 1935, víctima de una perforación de estómago.

Un grupo escolar de nuestra ciudad lleva el nombre de este alcalde, y en el Parque de Gasset existe un pequeño monumento con su busto.


Don Alfredo Ballester López (1921-22). Nació el 23 de marzo de 1886. Era corredor de Comercio y notario Mercantil. Tomó posesión del Ayuntamiento el jueves 19 de mayo de 1921.

En las ferias y fiestas del mes de agosto de aquel mismo año, el ayuntamiento que presidía el señor Ballester, pidió la dimisión del gobernador civil don Adolfo Ruiz Gutiérrez, quien había organizado una corrida de toros y tuvo que ser suspendida al no presentarse los toreros, ya que no habían cobrado sus honorarios. La petición fue atendida, y el señor Ruiz Gutiérrez tuvo que salir de la ciudad a escondidas de los vecinos.

Por entonces se hizo una suscripción popular para la adquisición de un avión y regalárselo al Ejército, como hicieran también algunas provincias españolas. La suscripción la alentó y dirigió el entonces diario local “El Pueblo Manchego”, y al acto de entrega oficial (dice González Díaz), que fue el 24 de enero de 1922, asistió el alcalde don Alfredo Ballester en representación del pueblo de Ciudad Real.

Por acuerdo de la corporación municipal que presidía este alcalde (nos apunta Balcázar), el 25 de febrero del citado 1922, se dio el nombre de “Hernán Pérez del Pulgar” a la calle Jaspe.

El señor Ballester López dejó la alcaldía el 14 de junio de 1922.


Don Manuel Lázaro Arche (1922-23). Nació el 3 de octubre de 1871. Era propietario de un establecimiento dedicado al curtido y al calzado, cuya razón social era “Hijo de Timoteo Lázaro”, en la Plaza Mayor núm. 23. Persona llana y simpática; había sido concejal en diversas ocasiones. En aquellos años el problema del agua era agobiante para la ciudad; y en consecuencia para el Ayuntamiento. Desde hacía tiempo estaba en trámite un litigio judicial que nunca se acababa de arreglar,  con una empresa concesionaria llamada “Picavea”, la que tenía en propiedad unos manantiales. Mientras tanto (dice Pérez Fernández) el pueblo de Ciudad Real necesitaba agua para poder subsistir; y un buen día don Manuel Lázaro se hartó de aquellos paralogismos, de tantas promesas vanas, de tanto papeleo inútil… y cortando por lo sano, bajo su responsabilidad, ordenó que se abrieran los grifos para que se llenaran los depósitos del agua. La opinión de algunos es que había sido una “alcaldaba”, pero el caso es que aquel verano, gracias al gesto de este alcalde, se resolvió en la capital el problema del agua.

El señor Lázaro presidió el último ayuntamiento constitucional de la capital, el que abandonó el 1 de octubre de 1923.

Cuando falleció, el 12 de junio de 1926, todo el pueblo ciudarrealeño le tributó como homenaje póstumo una presencia masiva de acompañamiento, en agradecimiento y recuerdo de las desvivencias que había tenido durante su mandato en la alcaldía de la ciudad.

Francisco Pérez Limón, diario “Lanza” 14 de agosto de 1991, Extra Feria.


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