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jueves, 21 de diciembre de 2017

LARGA VIDA AL PALACETE



Como en la película Asesinato en el Orient Express todos, por acción, omisión o indiferencia, han estado a punto de darle matarile al Palacete de la Cruz Roja. Y por una vez, la sociedad civil encauzada por Monumenta, sección de defensa del Patrimonio del Círculo de Bellas Artes de Ciudad Real le ha ganado de momento la partida a los poderes públicos y los intereses privados, una vez más, cómplices de desidia y desafecto hacia todo aquello que pueda tener un valor patrimonial innegable, en revalorización cultural continua, en aras del derribo sistemático para sacarle tajada pingüe al solar resultante. Es cierto que tanto la Comisión Provincial de Patrimonio como el Grupo Municipal Socialista y la Diputación Provincial propusieron y aconsejaron al Ayuntamiento de Ciudad Real la necesidad de salvar un edificio que figuraba en la censo nacional de inmuebles de interés de 1979 y sobre el que había incoado un expediente en la propia Dirección General de Patrimonio. La Diputación llegó incluso a proponer la permuta del Palacete por un espacio del Hospital del Carmen o en la Audiencia Provincial. Pero aún así queda patente que si no es por la movilización inmediata del Círculo de Bellas Artes, la modernista sede de la Cruz Roja estaría a estas horas reducida a escombros. Queda la duda de si la acción política de las instituciones gobernadas por los socialistas rio fue si no un curarse en salud más que una defensa decidida y pertinaz del edificio, puesto que a pesar de la orden de la Dirección General del Patrimonio de la Junta que partió a medio día del jueves los obreros de la empresa de demolición estaban destejando el edificio a primeras horas de la tarde.


El Ayuntamiento de Ciudad Real para el que el Palacete no tenía ningún interés como prueba el que ni siquiera estuviera en el catálogo de tesoros locales a salvaguardar ha sido el verdadero responsable de la situación junto a la ausencia de una resistencia activa por parte de la Junta y una laxa advertencia por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio. En otras palabras: si hoy existe una paralización cautelar de la demolición del edificio se debe a la actitud cívicamente beligerante del Círculo de Bellas Artes verdadero artífice de la movilización ciudadana y la conciencia civil no política de la sociedad ciudarrealeña. Responsabilidad directa de unos —Ayuntamiento; perezosa e indiferente tibieza de otros —Patrimonio- han chocado con el plante decidido de una asociación dispuesta a salvar un inmueble para el consumo cultural de generaciones venideras pese a informes tan expertos como erráticos que no otorgaban ningún valor a un edificio inusual en el corazón de la capital de La Mancha.


Ahora habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos pero de momento el Palacete sigue en pie como un símbolo de resistencia de la sociedad civil frente a los intereses especulativos, la complicidad de unos poderes públicos y la permisividad de otros. Hasta esto llega la hambruna del ladrillo: no harta con levantarse en cualquier resquicio, también se ceba en edificaciones ilustres y como en este caso perfectamente catalogada. ¿Desconocían este detalle los responsables municipales así como la existencia de un expediente de incoación contra la demolición? El interés general debe primar sobre el interés de particulares y el Palacete de la Cruz Roja es un ejemplo claro de lo que no se debe hacer; construir destruyendo, como ayer denunciaban los miembros de Monumenta. Y también es un estímulo a toda la sociedad de la provincia y la región para disponerse a defender de la lujuria constructora el patrimonio común. Larga vida al Palacete.

Manuel Valero. Diario Lanza, domingo 8 de octubre de 2006, página 2.


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